El conductor de un camión que derrumbó el martes un puente peatonal en Río de Janeiro, dejando cinco muertos, admitió hoy que en el momento del accidente hablaba por su teléfono móvil con un amigo, informaron fuentes policiales brasileñas.
En la tarde de hoy, Luis Fernando da costa, de 30 años, presentó en el hospital donde está internado su declaración a las autoridades y reconoció que hablaba por su celular cuando ocurrió el accidente.
"Eso indica una falta de cuidado, una negligencia. Él no observó en los retrovisores laterales ni en el retrovisor central. La distracción puede haber ocasionado que él no haya visto el volquete levantado", declaró a periodistas el comisario policial Fabio Asty, investigador del caso.
El puente, situado en la Línea Amarilla, una de las autopistas más importantes de Río y que comunica la zona norte y oeste de la ciudad, se vino abajo luego de que el camión, que transitaba con su volquete levantado, intentara pasar por la vía en un trecho en que es prohibido el paso para vehículos con más de 4,5 metros de altura.
El número de personas fallecidas como consecuencia del derrumbe subió hoy a cinco tras la muerte de un herido que permanecía en coma.
La nueva víctima, Luiz Carlos Guimarães, de 60 años, permanecía ingresado con un traumatismo craneal y un edema cerebral que le produjo el impacto del puente que cayó sobre el vehículo que conducía.
Dos de las víctimas fallecidas ayer eran personas que pasaban por el puente y que fueron lanzados hacia un canal que divide la autopista, a donde también fue empujado un vehículo que pasaba por debajo de la estructura.
Tres automóviles y una motocicleta quedaron totalmente aplastados bajo la mole de hierro y cemento en que quedó convertida la infraestructura y que cubrió las ocho pistas de la autopista, según Lamsa, la concesionaria que administra la Línea Amarilla.
Las otras víctimas conducían dos de los vehículos que quedaron destruidos.