La chica pobre de Barbados que vendía ropa en la calle y que creció en un hogar descompuesto es ahora una millonaria artista de grandes éxitos
Rihanna, quien ayer cumplió 30 años de edad, no nació en cuna de oro. Todo lo contrario, creció en una modesta familia en la ciudad de Bridgetown, Barbados. Incluso, llegó a vender ropa con su padre en un puesto en la calle.
Su infancia no fue tan bonita, matizada por la adicción de su padre a la cocaína y el alcohol, desarrollándose así dentro de una familia inestable.
Quizás por esa razón sufría frecuentes dolores de cabeza que comenzaron a desaparecer a la edad de catorce años cuando sus padres se divorciaron.
En su juventud llegó a ser cadete del ejército en un programa militar.
Sin embargo, se encontró con la música en 2003, y formó un trío con dos de sus compañeros de clase. A finales de ese año fue descubierta por el productor musical Evan Rogers y la historia le cambió hasta convertirse hoy en un ícono de la música popular.
Además de la música, Rihanna ya triunfa como directora creativa de una gran marca deportiva, y haciéndose un espacio en la industria millonaria del maquillaje.
Además de una belleza evidente, su personalidad arrolladora y estilo propio han hecho de ella un auténtico ícono de la cultura pop; y aunque no es todo polémicas, sin ellas no se entendería su éxito, destaca el portal libertaddigital.com.
También tiene buen sentido del humor. Ayer mismo, durante su cumpleaños, en un story de Instagram posó con una camiseta estampada con tres palabras: “I hate Rihanna”.
Junto a la imagen, la cantante definió su cumpleaños como el “último día para liarla y echar la culpa a los veinte”.
También un subtítulo para el estampado en el que advierte: “Nunca te fíes de alguien menor de 30”.
La artista tiene muchas metas. Una próxima: en junio estrenará ‘Ocean’s 8’, un “spin-off” femenino de la saga ‘Ocean’s 11’, que protagoniza junto a Sandra Bullock, Cate Blanchett, Anne Hathaway, Mindy Kaling, Sarah Paulson, Awkwafina y Helena Bonham Carter.