La música latina comienza a dar señales de que se ha subido al tren de la equidad de género, con una mayor inversión en las artistas mujeres y las letras, que ahora más hablan del empoderamiento y la igualdad, incluso en el género urbano, aseguran a Efe populares cantautoras e intérpretes hispanas.
"Las cosas han cambiado mucho en los últimos años. No hay duda", dice Natti Natasha, quien pasó más de una década haciendo colaboraciones con artistas masculinos antes de tener un éxito propio y sacar su primer disco este año. "Ha sido producto de una lucha de muchos en la industria, hombres, mujeres y, en mucha parte, el público".
La dominicana, quien en febrero se convirtió en la primera mujer desde 2017 en tener un disco entre los diez más vendidos en Estados Unidos, afirmó que la música latina vive una "transición" en la que se están "desmontando muchos mitos", desde que las "mujeres no venden" a que deben "lucir y cantar de cierta manera".
Es algo que ella y otras exponentes del género urbano oyeron por años. Fue algo contra lo que grandes nombres como Alejandra Guzmán y Gloria Trevi también debieron combatir en su momento.
"El que las mujeres sean vistas como artistas tan polifacéticas y tan dueñas de sus imágenes como los hombres ha sido una batalla desde hace muchos años", dice Guzmán, quien recordó el escándalo que provocó en 1991 su tema "Hacer el amor con otro".
Trevi, por su parte, está convencida de que su imagen de mujer "descontrolada" ayudó a que la condenaran en la corte de la opinión pública cuando estalló el caso de abuso de menores, por el que pasó varios años presa, antes de ser encontrada inocente legalmente.
"Me veían así, despeinada, con las medias rotas, irreverente y automáticamente juzgaron", afirma la estrella.
Hoy en día, tanto ella como Guzmán celebran a las artistas jóvenes a las que les llega más temprano en su carrera el "respeto" y que se sienten con el "poder de expresarse como artistas más libremente que nosotras", indica Trevi.
Tanto a ella como a Guzmán les complace el rol de pioneras y las emociona el cambio en las letras y el que artistas como Karol G., Natti Natasha e incluso algunos hombres se estén ocupando de atender qué dicen en sus letras.
"El rol del artista no es educar a nadie, pero nuestra voz es escuchada y hay que asumirlo", afirma Guzmán.
La española Natalia Jiménez, las puertorriqueñas Kany García y Raquel Sofía son algunas de las cantantes del pop que han decidido explorar el tema del empoderamiento femenino en sus letras.
"Cada vez soy más consciente de que hay chicas que me escuchan y que repiten mis canciones", reconoce Jiménez a Efe.
Es una realidad que no se le escapa a García, quien escribió con Natti Natasha "Soy mía", una bachata que subraya cómo las mujeres son completas por sí mismas.
García también estrenó con Residente el año pasado "Banana Papaya", un reguetón que subraya el tema de la equidad con una letra que comienza con la frase "Vamos a jugar a cambiarnos los bandos".
Para Karol G. ha habido una "evolución" en las letras de la música urbana, un género que, en su opinión, ha "madurado".
No le parece justo que se juzgue a todo el género por el contenido de las canciones del trap, cuya característica principal es el comentario explícito sobre la sexualidad.
Aunque es consciente de que representa a un género que está "anclado en la vida y el habla de la calle" también sabe que les escuchan "todo tipo de gente y de todas las edades".
"Además de las letras también se tiene que ver cómo hemos crecido las mujeres en la industria después de años de no tener grandes éxitos. Los hombres nos han ayudado muchísimo. Ellos han sido esenciales en el cambio", opina.
La artista se refería a las colaboraciones con artistas tan conocidos como Maluma y J.Balvin, entre otros, que en su caso la dieron a conocer a un público más amplio.
Para Natti Natasha el otro gran aliado de las mujeres artistas han sido las redes sociales: "Nosotras le ofrecemos nuestro trabajo al público allí. Sin filtro y ellos nos han apoyado de la forma en que la industria aseguraba que no podía pasar".
La tercera pata de la mesa hacia la equidad ha sido el apoyo entre las mujeres, dice la dominicana, que asegura que cuando se percataron de que cuando una "crece" lo hacen todas con ella comenzó a "moverse todo con más velocidad y ahora es irreversible".