S i existe un momento que marca el estatus de Netflix como los “chicos en onda” que se apropian de la televisión, podría recordarse como cuando Chuck Lorre recibió emocionado el Globo de Oro a la mejor comedia el mes pasado por “The Kominsky Method”, su serie en el servicio de streaming.
Lorre es uno de los productores de comedia más exitosos en la historia de televisión, con un valor neto estimado en más de 600 millones de dólares tras producir series como “The Big Bang Theory”, Two and a Half Men” y “Mom” para CBS. Pero nunca había ganado un Emmy o un Globo de Oro, y posiblemente no lo habría logrado si “The Kominsky Method” se hubiera transmitido en televisión y con un actor menos reconocido que Michael Douglas.
A pesar de ese golpe al ego, los líderes de los canales de televisión tradicional insisten en que darán revancha e incluso sienten que hay una mayor apertura. Su supervivencia podría depender de eso.
“Creo que ha creado una oportunidad para que nosotros digamos que estamos proporcionando una plataforma única”, dijo Paul Telegdy, copresidente de entretenimiento en NBC junto a George Cheeks.
Muchos expertos consideran que esto es totalmente infructuoso porque, ¿no es que el streaming es el lugar donde hay que estar? Netflix, Amazon y Hulu parecen tener carteras inagotables y el dominio sobre cómo una nueva generación quiere consumir televisión.
El año pasado fue la primera vez que los servicios de streaming hicieron más programas con guion que cualquier televisora o canal de cable. Productores famosos como Shonda Rhimes y Ryan Murphy, y hasta Barack y Michelle Obama, han accedido a hacer programas para Netflix.
El streaming parece el futuro, mientras que CBS, NBC, ABC y Fox evocan una época en la que había que levantarse del sillón para cambiar de canal y ajustar las antenas de conejo para recibir una mejor señal.
Incluso ahora que los ratings son una fracción de lo que solían ser en sus gloriosos días de monopolio, las televisoras dicen que su principal ventaja es la oportunidad de darle a los creadores una gran audiencia.
Las televisoras de señal abierta siguen siendo el único sistema de distribución capaz de entregar una imagen perfecta a prácticamente cada hogar en Estados Unidos, dijo John Landgraf, jefe de FX Networks.
Aunque los ejecutivos se ponen celosos cuando los programas de streaming se llevan premios, “mi familia nunca ha escuchado de ellos”, dijo Cheeks de NBC.
Las televisoras argumentan a los creadores, atraídos por un ambiente menos restrictivo en Netflix, que se arriesgan a perderse en un océano de contenido.
El servicio de streaming ofreció más de 500 programas originales el año pasado, según sus estimaciones.
“El puro volumen que afrontan les ha sido más difícil a las televisoras y canales de cable competir”, dijo Karey Burke, presidenta de entretenimiento en ABC.
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DETALLES. Las televisoras también venden una infraestructura construida a lo largo de décadas, de programas matutinos y de tertulia nocturnos, con vínculos a las comunidades a través de presentadores locales. “El modo en que la gente está viendo es diferente y el modo en que nosotros tratamos de conseguirlos.