La madre del adolescente de 16 años, que tenía síndrome de asperger, le dijo que debían volver a Venezuela para mantener su visado. "Eso lo deprimió más y creo que fue el detonante", afirmó.
Ninoska García y su hijo Andrés Augusto, de 16 años llegaron Colombia en agosto del año pasado, buscando un mejor porvenir para la familia y huyendo de la severa crisis que afecta a Venezuela, su país natal.
La señora García, una profesional de 43 años de edad, divorciada y con un alto nivel de vida en Venezuela, ha sobrevivido todo este tiempo en Medellín como ayudante en una venta de perros calientes.
Hace unos días le notificó a su hijo, que debían regresar a Venezuela para conservar su visado actual, pues las autoridades migratorias les pedían marcar la salida de Colombia para no quedar ilegales.
El joven, que sufría el síndrome de asperger (una forma de autismo), entró en un cuadro depresivo y se suicidó.
"Cuando le manifesté que teníamos que salir hacia allá y para volver a entrar, supongo que eso lo deprimió más, yo creo que ese fue el detonante", dijo a Caracol Radio la madre del menor.
De acuerdo con la versión periodística, la alcaldía del municipio La Estrella, Antioquia, donó el ataúd del muchacho debido a la precaria situación económica de la señora García.
Los compañeros del colegio donde estudiaba Andrés Augusto recogieron dinero para poder pagar la sala de velación.
Además amigos y compatriotas venezolanos costearon el viaje de las hijas de la señora Ninoska a Medellón, para poder asistir al sepelio de su hermano.
Ahora Ninoska García y sus hijas regresarán a Venezuela, pero su deseo es regularizar su situación en Colombia y no volver a su país.
En septiembre del año pasado, un ciudadano venezolano murió tras lanzarse al vacío desde el segundo piso del Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, donde se encontraba en tránsito hacia México.