Seguramente los has comido pero no conoces lo ingredientes que lo componen pues este tipo de queso contiene varias sustancias químicas.
Seguramente alguna vez en tu vida lo has comido en hamburguesas, pizzas, nachos y sándwiches, pero lo que probablemente desconocías es que el “queso amarillo” o queso americano está compuesto de muchas otras cosas que no son queso.
El origen del queso tipo americano o amarillo proviene de Inglaterra desde el siglo XIX donde se le llama cheddar, el cual era el favorito de esta población, fue entonces que los exportradores de los Estados Unidos para atender la demanda tiñeron su queso blanco con achiote y polvo naranja.
Los ingleses compraron 2.6 millones de kilogramos del cheddar coloreado al que llamaron queso americano y así fue como Estados Unidos comenzó a producir este famoso ingrediente, sin embargo, cabe preguntarse… ¿De qué está hecho este queso?
¿Cómo elabora el queso amarillo?
Según señalan investigadores de alimentos, en el mejor de los casos el queso amarillo está hecho con trozos de queso madurados molidos o fundidos, pero la realidad es que a la mayoría le agrega otros productos que no derivan del queso, como sales, almidón y grasas vegetales, por esa razón a éstos se les conozca como quesos procesados.
Cabe aclarar que los llamados quesos procesados, como es el caso del queso amarillo, no cuenta con grasa butírica, una sustancia que proviene de la leche, mientras que los quesos naturales sí cuentan con dicha sustancia.
La razón por la que los quesos o productos procesados contienen sustancias distintas responde solamente a la posibilidad de conservarlos por más tiempo.
Los expertos recomiendan que si se va a adquirir queso de este tipo se tenga cuidado y solo comprar el que dice: “queso americano”, pues sin en el empaque viene la leyenda “tipo” o “imitación” hay que evitarlos, pues esos productos contienen más químicos que queso real.
No se trata de que dejes de comer este alimento, sino simplemente que seas consciente de qué están hechos y como muchas otras cosas en la vida, los consumas con medida, pues su aporte nutrimental es bajo, además de que cuentan con más grasas trans, saturadas y una cantidad mayor de sodio.